FACTORES INDIVIDUALES: Conductas de Riesgo

Estos factores varían enormemente en función de las personas y del contexto social. A algunas personas les afectan y enferman y, otras pueden enfrentarlos sin sucumbir, violencia, droga, alcoholismo, embarazo precoz, suicidio, etc.,,se van a vincular a tres grupos de factores:

1.- LOS PERSONALES: Como su historia personal, sus modos de resolver situaciones de conflictos, su programa neurobiológico, la utilización de determinados mecanismos habituales de defensa frente a situaciones desestabilizadoras de su identidad.

2.- LOS PRECIPITANTES: Como la percepción subjetiva del impacto de las experiencias que le toca vivir, a que características del ambiente le prestan atención y cómo interpretan lo que perciben; la capacidad de afrontamiento con que se maneja; el grado de capacidad y flexibilidad cognitiva para la resolución de problemas.

3.- LOS DE CONTEXTO:  Como la existencia o no de redes de apoyo solidario con que cuente; la capacidad para diferenciar lo real de lo imaginario y para procesar  la información de manera coherente.

La interacción de todos estos aspectos va a determinar la peculiar manera en que cada adolescente resolverá qué grado de riesgo asumirá  en sus respuestas adaptativas.

Hay distintas explicaciones del por qué tantos adolescentes adoptan conductas de riesgos que ponen en peligro su salud y hasta su vida. Por un lado, tiene que ver con que no siempre perciben el riesgo como tal, por una característica evolutiva  propia de este periodo: el egocentrismo, ellos y ellas fantasean "historias personales" en las que no se perciben expuestos a ningún riesgo.

Estas historias anulan en ellos el principio de realidad y los llevan a actuar como si esta no existiera o no importara.

Tienen una sensación de invulnerabilidad que los hace sentirse inmunes. Es un sentimiento que los lleva a sentirse diferentes y mejores que los demás y, además, especiales: "a mi no me va a pasar".

Es decir que uno de los factores de riesgo más fuerte en este periodo, es, justamente, la misma conducta de riesgo propia de la adolescencia.

Por otro lado, parecería que existen ciertos rasgos de personalidad que caracteriza en buena medida a las personas que buscan riesgos; necesitan estimulación permanente y buscan la novedad, la aventura, poseen un elevado nivel de actividad, energía y dinamismo  (hiperkinéticos), tienen dificultad para controlar sus impulsos, prefiriendo responder rápidamente a cada situación sin previo análisis.

Hay autores que entienden que las conductas de riesgos cumplen con un papel positivo muy importante en el tránsito de la adolescencia a la etapa adulta, en la medida que pueden ser funcionales para: lograr la autonomía de los padres, aprender a afrontar situaciones de ansiedad y frustración, poder anticipar experiencias de fracasos entre otras.

Según esto las conductas de riesgos no serían totalmente negativas. Lo que sería necesario discriminar es cuándo una conducta de riesgo pone al adolescente en situación de riesgo.

La etapa juvenil corresponde al proceso del crecimiento físico, psicológico y espiritual ya que es un periodo de aprendizaje social, de búsqueda de un camino y de lucha para obtener un rol propio.

Es el tiempo de analizar modelos y de identificarse con uno; es tradicionalmente el periodo de crisis donde se confrontan los valores enseñados con aquellos imperantes en la vida cotidiana.

La adolescencia es un periodo en que el individuo puede ensayar varios roles, pero, en el caso que llegue a fallar en la búsqueda de identidad, experimentará duda, difusión y confusión de rol. Es importante entender que en la adolescencia la identidad cumple un papel importante debido a que es personal e individual. Los adolescentes que se han aceptado, han desarrollado una identidad positiva, tienen una posibilidad de ser mentalmente sanos, en comparación a los que tienen una identidad negativa o no se agradan a ellos mismos.