
Estrategias de Promoción y Prevención (La Resiliencia).
Los gobiernos autoritarios que asocian el trabajo que se debe hacer con la comunidad a una acción subversiva, de lo que infiere que sólo con el afianzamiento de la democracia puede darse la única posibilidad para efectuar un programa preventivo.
Grupos que dicen hacer prevención desde lo estatal o desde las sociedades intermedias, pero apuntan tan sólo a enfoques de “campaña” preventiva, es decir, una acción determinada (conferencias, jornadas, TV, diarios, cartillas, afiches), que por muy sofisticados que sean, sólo sirven para cumplimentar un ítem dentro de un determinado planteamiento, pues el lapso en que se desarrolla la campaña por lo general es breve, y al cabo de cierto tiempo es olvidada por la comunidad.
Grupos de muy buena formación psicodinámica que en la apertura democrática quisieron participar y se les asignó la tarea de estructurar acciones preventivas desde sus marcos referenciales, luego de un lapso de un año llegaron a la conclusión de que no se podía hacer prevención porque el inconciente es impredecible y que no se podía prevenir la neurosis.
Otro obstáculo es la propia comunidad la cual cuando ve sujeta a períodos de la práctica democrática, lo que ha llevado a que desaparezcan esos periodos de participación, disidencia y disenso , al retomarse el aire renovador democrático se abre sobre la comunidad, sobre todo en los sectores marginales, desde todos los ángulos por razones políticas, electorales, científicas, reivindicaciones religiosas, actitudes apostólicas, lo que llevo a sentirse en el cuerpo social como si estuviera tironeando, y si se agrega que no se realiza un buen mapeo de las acciones, el resultado es que distintos grupos operan en el ámbito y descuidan otras zonas; vemos la hipersensibilidad y la desconfianza de algunos sectores sociales, por lo que si no se los aborda adecuadamente se encontrará un saboteo inconsciente y a veces consciente por parte de la comunidad.
Cualquier programa, por sofisticado y fundamentado que sea, si es vertical es rechazado por la comunidad, “la experiencia nos dicta que los programas deben hacerse con la comunidad y no para la comunidad”.
Para que un programa tenga éxito se debe asumir una visión diferente del mundo y de la relación de ayuda, sin jerarquías, sino con la activación de los recursos internos que todos los individuos, familias y comunidades tienen para sobrellevar los conflictos y crisis propias de la condición humana. De la gama de propuestas contemporáneas emerge la Resiliencia como una alternativa que recrea otras opciones de trabajo en un contexto socio-comunitario y potencia acciones concertadas entre las instituciones, profesionales y usuarios/clientes de los programas. Es la preparación de las comunidades y familias para que activen la Resiliencia en el marco de garantizar la “calidad de vida” y el desarrollo sostenible y asegurar condiciones adecuadas de supervivencia a las generaciones futuras.
Los gobiernos autoritarios que asocian el trabajo que se debe hacer con la comunidad a una acción subversiva, de lo que infiere que sólo con el afianzamiento de la democracia puede darse la única posibilidad para efectuar un programa preventivo.
Grupos que dicen hacer prevención desde lo estatal o desde las sociedades intermedias, pero apuntan tan sólo a enfoques de “campaña” preventiva, es decir, una acción determinada (conferencias, jornadas, TV, diarios, cartillas, afiches), que por muy sofisticados que sean, sólo sirven para cumplimentar un ítem dentro de un determinado planteamiento, pues el lapso en que se desarrolla la campaña por lo general es breve, y al cabo de cierto tiempo es olvidada por la comunidad.
Grupos de muy buena formación psicodinámica que en la apertura democrática quisieron participar y se les asignó la tarea de estructurar acciones preventivas desde sus marcos referenciales, luego de un lapso de un año llegaron a la conclusión de que no se podía hacer prevención porque el inconciente es impredecible y que no se podía prevenir la neurosis.
Otro obstáculo es la propia comunidad la cual cuando ve sujeta a períodos de la práctica democrática, lo que ha llevado a que desaparezcan esos periodos de participación, disidencia y disenso , al retomarse el aire renovador democrático se abre sobre la comunidad, sobre todo en los sectores marginales, desde todos los ángulos por razones políticas, electorales, científicas, reivindicaciones religiosas, actitudes apostólicas, lo que llevo a sentirse en el cuerpo social como si estuviera tironeando, y si se agrega que no se realiza un buen mapeo de las acciones, el resultado es que distintos grupos operan en el ámbito y descuidan otras zonas; vemos la hipersensibilidad y la desconfianza de algunos sectores sociales, por lo que si no se los aborda adecuadamente se encontrará un saboteo inconsciente y a veces consciente por parte de la comunidad.
Cualquier programa, por sofisticado y fundamentado que sea, si es vertical es rechazado por la comunidad, “la experiencia nos dicta que los programas deben hacerse con la comunidad y no para la comunidad”.
Para que un programa tenga éxito se debe asumir una visión diferente del mundo y de la relación de ayuda, sin jerarquías, sino con la activación de los recursos internos que todos los individuos, familias y comunidades tienen para sobrellevar los conflictos y crisis propias de la condición humana. De la gama de propuestas contemporáneas emerge la Resiliencia como una alternativa que recrea otras opciones de trabajo en un contexto socio-comunitario y potencia acciones concertadas entre las instituciones, profesionales y usuarios/clientes de los programas. Es la preparación de las comunidades y familias para que activen la Resiliencia en el marco de garantizar la “calidad de vida” y el desarrollo sostenible y asegurar condiciones adecuadas de supervivencia a las generaciones futuras.
En términos técnicos-metodológicos, la Resiliencia no requiere la asistencia permanente del profesional o agente de cambio, aquel no es sino un potenciador de los procesos de cambio en sus etapas iniciales, cuando aporta sus herramientas conceptuales y técnicas para la organización y autogestión de las habilidades y destrezas, que permitan enfrentar las condiciones adversas de cualquier índole.
La promoción sugiere que la Resiliencia active los mecanismos protectores sobre eventos críticos y posibilite un equilibrio armónico entre los estados de tensión y estrés naturales a la cotidianeidad y los sucesos imprevistos e inesperados que desatan las crisis. Es preparar a los sistemas humanos para que fortalezcan la capacidad de enfrentar la adversidad e incorporarla a los proyectos a los proyectos de vida, como un asunto que no detiene el desarrollo integral sino que le permite reencuadres y cambios de perspectiva. El papel del profesional en las experiencias reseñadas, es como un facilitador de los procesos de cambios que dependen en lo primordial de la motivación y expectativas de la comunidad, familia o individuo, en una mirada interdisciplinaria que congrega todas las áreas del conocimiento interesadas en promocionar la Resiliencia.
Según el paradigma contemporáneo la activación de la Resiliencia congrega varios saberes en una prospectiva multi/interdisciplinaria, como lo son:
· Áreas de la salud: enfermería, odontología, medicina, bacteriología, terapistas ocupacionales, tecnólogos promotores.
· Economía: cuando se plantea como estrategia contra la pobreza y en la búsqueda de mejorar o mantener adecuados niveles de vida.
· Antropología: recoge las tradiciones ancestrales de las comunidades latinas y preserva lo autóctono de las costumbres comunitarias, étnicas y regionales.
· Biología: propugna por las relaciones ecosistémicas, la armonía entre el hombre y la naturaleza para enfrentar la adversidad.
· Sociología: asume las estructuras y funciones sociales, que generan o coadyuvan en las disfunciones.
· Derecho: reconoce la legislación que vela por la protección y divulgación de los derechos humanos de primer y segundo orden.
· Trabajo social: en su vocación tradicional de abordar los sectores más desprotegidos y vulnerables de la sociedad.
Todo ello exige asumir una cosmovisión diferente del mundo, donde el profesional aporta elementos conceptuales y metodológicos, pero en esencia quienes potencian y proyectan los factores positivos para sobrellevar y enfrentar las condiciones adversas del continente son los propios individuos, familias, comunidades y regiones que las viven. Es apostar a crear mejores condiciones de vida a las generaciones futuras.
En el tema de la promoción de la salud es inevitable mencionar algunos de los puntos más importantes de la Declaración de Yakarta sobre la promoción de la salud.
1.- Promover la responsabilidad social en la salud.
2.- Aumentar las inversiones en desarrollo de la salud.
3.- Consolidar y expandir las asociaciones para la salud.
4.- Aumentar la capacidad de la comunidad y potenciar a los individuos.
5.- Contar con una infraestructura para la promoción de la salud.
De esta manera se insta a los países a adoptar ciertas estrategias que favorezcan las actividades con el fin de promover la salud en el ámbito internacional.
6.- Programas preventivos.
En el terreno de la salud el ajuste económico y el achicamiento del Estado limitan los recursos y la mano de obra requeridos en las acciones preventivas, y no sólo en éstas, hoy se extiende a todo el contexto sanitario. La reversión de este escenario desfavorable en salud y la complejidad de las situaciones abordadas requiere de equipos cuyas visiones y acciones reformulen el enfoque unívoco en lo biológico como rasgo hegemónico para que sea parte de una perspectiva general que lo incluya.
Se trata de producir un cambio en el modo de pensar las cuestiones comunitarias en salud, tarea que compromete a todos los actores sociales. Utilizar e integrar los recursos existentes, individuales, colectivos e institucionales, cooperar en lugar de confrontar; concebir la integridad dentro de la diversidad; crear espacios de decisión y de aprendizaje permanente. Que cada grupo social que comparte un proyecto común para responder a una necesidad o interés, constituya más que una estrategia de supervivencia, una organización en red, apelando y tomando conciencia de lo ya existente creando respuestas novedosas y valorizando el aporte muto.
Es nada más que responder al desafío de institucionalizar nuevos modos de hacer, de intervenir, de enfrentar la complejidad, construir sobre ella y aún salir fortalecidos. Convertir la crisis en oportunidad esto es fomentar la resiliencia de los habitantes.
Los programas preventivos, con Educadores en la calle constituyen uno de los primeros intentos de alterar las fuerza naturales en el ambiente social. La estrategia consiste en que el Educador de la calle entrase en contacto con las pandillas o grupos de jóvenes, ganarse su confianza y luego intentar redirigir sus actividades perturbadoras en otras más constructivas, como por ejemplo el “Wincroft Youth Proyect” para “chicos de la calle” de un barrio de Manchester representó en su época uno de los intentos más esmerados y de más largo alcance sobre las intervenciones comunitarias como medio para reducir la delincuencia; se hizo una utilización extensiva de voluntarios, los cuales intentaron contactarse con los jóvenes en su propio terreno, para luego combinarlos con el grupo con la asistencia social individualizada a medida que la relación entre ellos se iba desarrollando.
Podemos analizar los fundamentos sobre los que se ha apoyado la prevención en muchos lugares.
En particular si lo relacionamos con el avance de la tolerancia a usos y costumbres que implican a la sustancias adictivas la cantidad de centros que puedan desarrollarse en una
comunidad no tiene un límite determinado depende de la segmentación que un programa preventivo haga de su acción y de la necesidad de los grupos por contar con datos que apoyen su acción dentro de él.
La eficacia de la red depende de mantener la unidad de criterio y de procedimientos para la recolección de indicadores básicos y de su proceso estadístico.
No menos importante, es la comunicación y el intercambio, con una tecnología adecuada, de las conclusiones que llegan los diferentes grupos de cada comunidad sobre la base de datos.
Todos estos elementos hacen posible la caracterización de los problemas locales y contribuye a ubicarlos en una perspectiva general que se amplia conforme avanza el crecimiento horizontal de los Centros.
También la formación de agentes de prevención de adicciones como marco de Educación Preventiva, con el objetivo de favorecer un abordaje integral de la problemática del consumo de drogas y de alcohol en las escuelas, y donde se debe intervenir a las personas a partir de sus propios significados y como ellas lo perciben.
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