La socialización es un proceso interactivo, necesario al niño y al grupo social donde nace, a través del cual el niño satisface sus necesidades y asimila la cultura, a la vez que, recíprocamente, la sociedad se perpetúa y desarrolla.
Este proceso se lleva a cabo por medio de los Agentes Sociales o Agentes de Socialización, que pueden ser personas (madre, padre, hermanos, otros familiares, compañeros y amigos, profesores u otros adultos), Instituciones (familia y escuela), medios de comunicación social (televisión y prensa) y otros instrumentos (libros, juguetes). Todos ellos son importantes en distinta etapas del desarrollo, ellos actúan dependiendo de factores contextuales (clases sociales, país, ciudad, zona geográfica en que el niño nace y vive), factores personales (sexo, aptitudes físicas y psicológicas).
Los buenos vínculos familiares - y luego una buena escolaridad - permiten que la socialización de niños, niñas y adolescentes vaya dotándolos de las destrezas, habilidades y capacidades que requieren para poder funcionar exitosamente como personas con sentido de autonomía. Por ello un niño, una niña, un adolescente cuyas necesidades básicas de afecto, protección y orientación no son satisfechas se perjudican.
Desde el punto de vista del niño, niña y/o adolescente, la socialización supone la adquisición de valores, normas, costumbres, roles, conocimientos y conductas que la sociedad le transmite y le exige. La socialización es una transmisión de los conocimientos que se ha acumulados a través de los años.
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